Gabriela Ponce de León Clavellina.
Comunicación, Publicidad y Relaciones Públicas.
Quinto semestre.
Actualmente vivimos en un mundo globalizado donde la constante volatilidad y fragilidad impacta en nuestro entorno. Ejerciendo nuestro papel de seres racionales con anhelos, metas y esperanzas, podemos encontrarnos con varios obstáculos que crean barreras e impiden ejercer nuestra individualidad tales como ciertos estereotipos sociales y actitudes impuestas por la sociedad. Estas son expuestas constantemente a través de los medios de comunicación, los cuales estamos en contacto aproximadamente más de ocho horas al día.
Estas barreras modernas impactan en nuestro ser de manera tanto positiva como negativa: es nuestra responsabilidad el decidir si podemos aprender de ello y crecer, o quedarnos estancados en un abismo sin identidad. Una gran manera de sobrellevar la infoxicación que nos aborda en la vida cotidiana es escribir. Simplemente el hecho de tomar una pluma, lápiz o inclusive el teclado de nuestra computadora, y empezar a escribir, es una gran medicina para el alma y una gran herramienta para el crecimiento personal. Independientemente del tema que abordemos -desde el Antiguo Egipto hasta la importancia de cuidar el agua- podemos aportar en cada palabra una parte de nuestro ser. Escribir nos ayuda a ejercitar un pensamiento crítico, así como plasmar tu estilo y personalidad en cada oración creada.
Realmente ayuda a conocerte mejor, ser más profundo y a ejercitar una buena comunicación escrita. Una gran recomendación al empezar a escribir y redactar es el no tener miedo de no ser profesional. No tienes que ser un autor de renombre para tener la oportunidad de aportar tu personalidad, tu sentido del humor y en especial tu corazón a través de cada palabra.
